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La Cuervo: El viaje de 'Sin Dios Ni Zapatos' y la transformación constante en el rap


A finales de 2023 La Cuervo me envió una copia digital de 'Sin Dios Ni Zapatos', un proyecto que escuchamos en diferentes versiones en vivo, incluso tuvo una primera presentación full band en el Foro Hilvana sin llegar a plataformas, teniendo una gran recepción. Su más reciente álbum comenzó hace tiempo, pero tuvo que aplazarse para recibir el tratamiento que merecía. Concebido desde el inicio como un disco, esta obra representa un paso significativo en su evolución artística, diferenciándose de sus lanzamientos previos. 'Sin Dios Ni Zapatos', se estrenó completo en el 2024, inmediatamente fue el favorito de Sonoridad.

Cuando le pregunté sobre el origen del disco, La Cuervo compartió:

"Sí lo pensé como un disco. Me gustó mucho estar sacando singles, de hecho, es lo que estoy haciendo de nuevo, pero yo sí quería un disco. Me gusta la idea de pensar en algo que tiene una estructura completa. Incluso en mi cabeza estaba maquilarlo."

El proceso comenzó en febrero de 2023 y le tomó aproximadamente ocho o nueve meses culminarlo. "Hacer un disco es un proceso minucioso, despacito y muy especial. Por eso tenía tanta emoción cuando ya lo terminé. Obviamente, una vez que tienes el material, quieres que salga ya." Sin embargo, la espera trajo consigo nuevas perspectivas y retos: "Cuando decides postergar el lanzamiento, empiezas a sobrepensar, a replantear, y a veces te preguntas si ese material sigue representándote."

Una evolución sonora y conceptual

'Sin Dios Ni Zapatos' no solo significó un avance técnico y artístico, sino también una transformación personal para La Cuervo. "Con 'La Rebelión y las Rosas', fue un proceso muy empírico, como a ver qué sale. En ese momento Isa sabía qué onda, pero nunca había producido rap ni hip-hop. Con este disco, quise hacer lo contrario: darle el tiempo, espacio y creatividad necesarios a cada canción. Involucré a personas que admiraba y respetaba, grabé instrumentos y voces, y me enfoqué en colaboraciones."

El álbum, según la rapera, le permitió profundizar en su exploración musical, un camino que describe como una búsqueda continua: "Siempre pienso: ‘¿Me gustaría escuchar esta canción si fuera otra persona?’ Más allá de la aprobación externa, mi escritura es el pilar de mi música. Me interesa que las letras sean fuertes, completas, y después viene imaginar cómo quiero que suenen, con quién quiero colaborar. Creo que eso lo logré con este disco, pero también me dejó con ganas de más, de seguir transformando mi música."

La Cuervo menciona que, aunque siempre ha trabajado con DJs y el scratch sigue siendo una constante, cada vez se imagina producciones más dinámicas. "Me doy cuenta de que me gusta más la música viva, grabar y tocar con banda, que el proceso sea más que solo poner mi voz sobre una pista. Creo que es parte de la profesionalización, vas aprendiendo nuevas técnicas y herramientas, y eso cambia todo."



El impacto del tiempo y el contexto

El tiempo entre el inicio de 'Sin Dios Ni Zapatos' y su lanzamiento no solo afectó su percepción del disco, sino también la manera en que evalúa su música anterior. Al hablar sobre su álbum debut, 'La Rebelión y las Rosas', La Cuervo explica: "Creo que ese disco refleja mucho quién era en ese momento. Me veía atravesada por el contexto social y político, por ser mujer, y por el feminismo, que en ese entonces significaba algo muy distinto para mí. Ahora estoy en otro lugar respecto al feminismo, a cómo me nombro y cómo lo vivo. Es bonito poder voltear atrás y ver esa que era, sentirme contenta de quién fui y notar cómo he cambiado."

Para La Cuervo, estos cambios son una constante en su vida y su música. Aunque siente un profundo amor por su debut, reconoce que el tiempo y la experiencia han moldeado no solo sus producciones, sino también su perspectiva.

'Sin Dios Ni Zapatos' es, al final, el resultado de un proceso creativo minucioso, introspectivo y profundamente personal. "Para mí, este disco es una prueba de que puedo lograr lo que imagino. Y, a la vez, me deja con hambre de seguir creciendo, de transformar todo lo que hago y de elevar aún más mis estándares."

En 'La Rebelión y las Rosas', aunque ya contaba con experiencia previa escribiendo y actuando gracias al teatro, este proyecto fue para ella un ejercicio completamente intuitivo. "Tenía una noción, claro, pero todo fue a partir de escribir, escuchar, imaginar y trabajar con la productora para traducir lo que tenía en mi mente." Ese proceso, lleno de espontaneidad, marcó la diferencia: "No había un margen, ningún estándar que cumplir. Nunca pensé en eso y creo que eso es lo más valioso. Aún hay una gran parte de mí que es esa persona, pero ahora se pronuncia desde otro lugar."

La artista también identifica una conexión entre ese impulso inicial de creación y su trabajo actual como docente. "Me reconozco en mis alumnas, en esas morras adolescentes a las que doy talleres. Muchas veces el primer impulso para escribir rap es hablar de nosotras mismas, de nuestras heridas, de lo que significa ser mujer y manifestarnos." Ese proceso, dice, fue el germen de 'La Rebelión y las Rosas', que comenzó a escribir en 2016 o 2017. "Han pasado casi ocho años y definitivamente soy otra persona. Me da ternura recordar cómo lo hice con lo que tenía en ese momento, cómo lo concluí."

En sus palabras, el álbum también refleja su vínculo con la cultura hip-hop, que siempre consideró como un espacio para conceptualizar desde lo colectivo. "Para mí, la música eran discos con un concepto claro: desde el nombre hasta la portada, las letras, todo debía tener un eje transversal. Eso fue lo que hice con 'La Rebelión y las Rosas.'"

De lo intuitivo a lo estructurado

Sin embargo, la transición hacia la industria musical trajo nuevos desafíos. "Creo que he aprendido muchísimo en este camino. Antes trabajaba más desde mi proyecto en solitario. Todo lo decidía yo: cuándo lanzar, qué portada usar, cómo hacerlo. Me sentía cómoda en ese esquema. Pero entrar en la industria me ha hecho darme cuenta de que hay herramientas que no conocía y que son necesarias para crecer y llegar a más personas."

Reconoce que ese aprendizaje ha sido un arma de doble filo. "Antes vivía en mi mundo de caramelo, pensando que la unidad y el apoyo en el hip-hop eran absolutos. Pero no todo es color de rosa. Encontrarte con conflictos y dinámicas de poder te obliga a protegerte y a ser más selectiva con tus colaboraciones."

A pesar de las dificultades, su enfoque sigue siendo el trabajo colectivo. "No pienso las canciones como algo individual. Desde un inicio intento que el proceso creativo sea colectivo, que las colaboraciones tengan la esencia de las personas con las que trabajo." Un ejemplo claro es 'Pletórica', que según la artista tiene toda la sensibilidad de El HueyCoyote. Otro caso es 'Mi Sangre'," cuya inspiración surgió tras una conversación casual. "Un día alguien me dijo: 'También tienes raíces colombianas, ¿por qué no hacemos algo que rescate esos sonidos andinos de nuestra historia y nuestras raíces?' Y así nació."


La perspectiva del 2025

La Cuervo regresa con fuerza éste año, cuando realicé ésta entrevista yo estaba en 'Sin Dios Ni Zapatos', pero ella ya estaba en el siguiente proyecto, una obra de teatro y un EP que la representará en todas sus "dimensiones, incluso en las contradicciones". Este enfoque se traduce en una narrativa que alterna entre cuestionamientos sociales y reflexiones íntimas, desnudando las tensiones de ser una mujer en un mundo masculinizado y a menudo hostil.

En los cinco tracks que conformarán el EP, se perciben influencias que van del boom bap clásico a toques de electrónica experimental. Estas elecciones no son fortuitas: "El hip-hop siempre ha sido un espacio de resistencia para mí, pero también quería abrirme a otras texturas sonoras que enriquecieran mi discurso... Es una forma de decir que no necesito cumplir con expectativas ajenas para validar quién soy o lo que hago". Este mensaje resonará particularmente en cortes donde abordará las dicotomías entre el reconocimiento y la resistencia, la pertenencia y la autonomía.

Aunque La Cuervo evita etiquetarse como feminista en términos estrictos, su música habla desde una perspectiva crítica sobre el género y la desigualdad. "Más que buscar una etiqueta, prefiero que mi música hable por sí sola y que cada quien la interprete desde su experiencia", afirma. Este posicionamiento, que puede parecer ambiguo para algunas personas, encuentra un sólido anclaje en los fundamentos del hip-hop como herramienta de denuncia y transformación.

La Cuervo no solo entrega un EP, sino un manifiesto que invita a la audiencia a cuestionar, sentir y resistir. En palabras de la rapera, "Este trabajo no busca respuestas fáciles, sino provocar las preguntas necesarias".

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