Fortalecidas por los movimientos que ponen al centro a mujeres y disidencias en México, se crean redes colectivas como una respuesta al agudo problema de violencia de género, redefiniendo los espacios a través de la convivencia y el desarrollo de conversaciones, que no solo permiten visibilizar experiencias individuales, incentivan la democratización de la cultura para las mujeres al ubicarnos en algún lugar entre la formación colectiva convencional y nuevos ámbitos como la música comunitaria y la educación musical para el cambio social.
A finales del año pasado se gestó uno de esos espacios en un grupo de Whatsapp, lo que inicialmente se trataba de compartir procesos a partir del Deep Listening, no tardó en convertirse en una serie de reuniones de meditación y desarrollo creativo, donde la práctica creada por la compositora norteamericana Pauline Oliveros para mejorar sus propias capacidades como compositora, intérprete e improvizadora, desarrolló más allá de los encuentros itinerantes de escucha y experimentación un “archivo híbrido de mujeres en el sonido”.
E1 12 de noviembre del 2022 el ensamble NUUBE debutó en el festival independiente Murmuro con “Semilla”, una pieza ejecutada en el jardín central de Vernacular Institute, involucró a 16 artistas sonoras, cantantes, DJs y músicas que mucho antes de mostrar su trabajo en público, desarrollaron una relación musical a partir de las herramientas y técnicas desarrolladas por Oliveros.
La práctica de la meditación y la escucha profunda también ha llevado a la creación de nuevas formas de improvisación y colaboración en la música experimental. En lugar de seguir patrones preestablecidos, las músicas pueden utilizar estas técnicas para escuchar y responder a los sonidos que les rodean en el momento, lo que resulta en una música más intuitiva y espontánea, propicia una mayor colaboración y conexión entre creadoras.
La obra y el pensamiento de Pauline Oliveros han tenido una gran influencia, al establecerse como una de las primeras en el campo de la música experimental, un ámbito que en su momento era predominantemente masculino, su trabajo como compositora, musicóloga e investigadora ha inspirado a muchas músicas a realizar una exploración de sonidos no convencionales y conectar con el entorno sonoro en lugar de seguir estrictamente reglas musicales tradicionales.
Con el juego de palabras que dan forma a la escucha profunda en mente y la estética basada en los principios de improvisación, música electrónica, ritual, enseñanza y meditación, el debut de NUUBE fue uno de esos instantes en los que visualizamos el pulso de la actualidad de la música experimental en México, por eso no dudé en entrevistar a Samantha Canchola, quien propició y gestionó los encuentros y la presentación de “Semilla”.
“Nos reunimos para escucharnos, a contemplar el silencio, a contemplar el ruido, a meditar a través de guías colectivas y utilizando el libro de Paulino Oliveros como una Biblia. Prácticamente nos hemos juntado tres veces y a raíz de estos tres encuentros de meditaciones y de jams surgió el ensamble llamado NUUBE y esta pieza que presentamos recreando el paisaje sonoro de una semilla germinando en el suelo y rompiendo en busca de luz”, comentó la artista sonora.
En esos tres encuentros el grupo creció de “forma muy noble y sensible”, acercarse a la música desde las estancias donde escuchar también es cuestionar su alcance y comprensión, permitió ejecutar sin prejuicios a experimentar, equivocarse y utilizar todo ese aprendizaje para construir algo que brotó de procesos muy largos, llenos de paciencia y con distintos tiempos, creando puntos medios de catarsis, libertad creativa y mucha confianza para reconocer la raíz del ruido que desarrollan, reconociendo “que podían tener el protagonismo y bajarse, que podían jugar con otra compañera”.
El simple hecho de reunirse y hacer un ensamble, para extender sus sonidos hacia un público, ya es un suceso. No tan visible para los medios convencionales, pero nombrado continuamente en los sitios donde se crean los enlaces de las mujeres en la música, NUUBE es un espacio que crece lentamente, tanto interna como externamente, a través de acciones que no son sobre la constancia, sino sobre la libertad de crear y la invitación a interactuar con el sonido de una manera diferente.
La práctica de la escucha profunda puede ser aplicada en diferentes contextos, como el arte, la naturaleza, la comunicación y la vida cotidiana, al hablar de NUUBE significa improvisar y crear música de una manera más intuitiva y conectada con los sonidos que les rodean, pero también involucra al público en la práctica, implica prestar atención consciente y plena a los sonidos que se generan.
En lugar de simplemente oír los sonidos de manera pasiva, la escucha profunda implica un nivel de atención activa y consciente que permite a uno conectarse más profundamente con los sonidos y comprenderlos de manera más completa, porque no solo se trata de escuchar con los oídos, sino también de usar todos los sentidos para experimentar el sonido. Implica prestar atención a la textura, el tono, la intensidad y la calidad de los sonidos, así como a la manera en que interactúan entre sí y observar desde donde se generan.
Otro ejemplo de la escucha profunda en la práctica de NUUBE tuvo lugar el 31 de marzo, el ensamble permitió que la semilla brotara con el performance sonoro “Floresencia” de Alda Arita, Vania Fortuna, Albania Juárez, Lucia R y Carolina Vélez, que en cinco actos individuales liberaron loops, activaron piezas de ceramica, los serruchos interactuaron con pads electrónicos, crearon trances acústicos y paisajes sonoros con agua y pajaritos que evidencian las trayectorias personales, pero que suman al proyecto al experimentar como una necesidad colectiva.
Bajo esa perspectiva NUUBE ha buscado otras rutas de expresión, lanzó a finales del año pasado el fanzine de 68 páginas Onda Análoga, donde abordaron el coleccionismo, el desarrollo de selectoras y colectivas alrededor del vinilismo “en tiempos de ruptura”, con textos que hablan de experiencias interactuando con el formato, con lo que eliminan el miedo a equivocarse o a entrar a espacios comunmente habitados por hombres, utilizando todo ese aprendizaje para construir saberes que incluso van más allá del ensamble o las acciones editoriales, porque el desarrollo de estos encuentros se convierten en una referencia para quienes participan y escuchan, motivando la realización de proyectos similares donde el acompañamiento es prioridad y de él surgen proyectos creativos.
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