María José “Majo” Sáenz (vocalista), Paulina Damián “Pay” (baterista) y Ana Zurita (guitarrista) forman Pizarnikas en enero de 2020, desde el inicio querían visibilizar el papel de las mujeres en la música, pero también rendir un homenaje a las que han abierto caminos para artistas y creadoras en Latinoamérica. Todavía no cumplía ni un mes la banda cuando realizó su primer concierto, su participación en la marcha y protesta por el feminicidio de Ingrid Escamilla con canciones como “Mujer Inconveniente” de Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, “El blues de la violencia” de La Otra, “Lisístrata” de Gata Cattana y “Libres” de Mora Navarro marcaron el camino hacia su primer EP y Akelapunk.
La “constante formación y transformación” de sus integrantes, como lo explicó Majo Sáenz en entrevista, es parte de su proceso creativo. No solo se expanden en el estudio de grabación, evolucionan con su participación en marchas, la observación atenta del contexto que les toca vivir, trabajos experimentales, edición de fanzines, el desarrollo de tertulias feministas y la creación de cadáveres exquisitos, donde obtuvieron las herramientas para escribir canciones que, en Akelapunk, se perciben como experimentos poéticos.
Con la entrada de Isabella Sapienza en el bajo, el cuarteto comparte ideas que se conectan en el espíritu del disco, trascienden a los academisismos (“Dame mi dinero perro”), cuestionan la dependencia tecnológica (“Sin datos”), marcan el primer espacio que ocupamos (“Territorio”) e “integran todo lo que nos hace ser mujeres en este tiempo y en este contexto”, reúnen niñas, amigas, la inspiración que viene de las otras, las inconvenientes (“Terrorista”), en letras “que nos hacen y nos completan en nuestra cotidianeidad”.
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