Nathalia Romo (sintetizador y voz) y Carlos Kardusen (guitarra y voz) empezaron a trabajar en el proyecto antes del confinamiento, tan solo tenían algunas canciones en mente y las siguieron trabajando con una orientación hacia el ambient, algo más electrónico. Al lograr suficientes ideas para un álbum, el sonido se transformó al preguntarse cómo trasladarían todo a la versión en vivo. El dueto pronto se convirtió en cuarteto, cambió su perspectiva y llamó la atención con su propuesta en los escenarios de Jalisco, colocando a Mooring en la escena que explotó creativamente durante la pandemia.
Se han mencionado muchos géneros respecto a su música, pero en entrevista con Nathalia Romo, también baterista de Neptuna, y Mar Ochoa (bajo) comentan que prefieren no encasillarse, aunque si tienen como influencias a Sonic Youth, My Bloody Valentine, Slowdive, Cocteau Twins, Smashing Pumpkins y Portishead. Por supuesto explota la distorsión vía el shoegaze y diversos pasajes sintetizados que le dan nueva vida a una serie de géneros que hablan desde otras décadas, pero que al ser adoptdos por una nueva generación vibran con su herencia.
Lo que escuchamos en el disco también es producto del proceso de grabación, se realizó en un estudio casero que les permitió experimentar, ir a su ritmo y establecer parámetros económicos que no afectaran el desarrollo creativo. Producido por Mooring, Blue Dream fue mezclado y masterizado en Testa Estudio en León, Guanajuato, es un álbum de una deliciosa bruma gris/violeta cercana a los tonos que acompañan al arte de sus sencillos.
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