Los diversos contextos que conviven entre el sur y el norte, desde las playas, la calle Revolución, Ensenada, la ruta del vino, las problemáticas que enfrentan sus habitantes y el reconocimiento de la población flotante son parte de este álbum, que por momentos puede ser muy crítico al abordar el paso de la Caravana Migrante y evidenciar las protestas por la violencia de género, y en otros tan relajado como degustar un cabernet, ir por una caguamas o disfrutar agua de coco, todo siempre con los nuevos ritmos electrónicos de la península.
Maki inició el proyecto en el 2019, trabajó de forma independiente la mayoría de los tracks en un estudio casero, experimentando constantemente con el EWI (el clarinete electrónico que acompaña el arte del álbum), pero las últimas tres canciones que desarrolló se concretaron con la colaboración de Kathia Rudametkin y Eugenio Patiño.
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