Si la pandemia redujo las oportunidades de las mujeres para encontrar empleo y acceder a la educación, arriesgándonos a volver a los roles de género de la década de 1950, ¿cómo podemos hablar de un futuro femenino?
Los contextos de resistencia donde trabajábamos de forma colectiva y experimental crecían. No esperábamos que la pandemia pusiera en riesgo los avances que logramos en la lucha por la equidad en los últimos 25 años. Tampoco sabíamos que se cerrarían espacios dirigidos por mujeres, entre ellos Gato Calavera y ChidasMX, o que se pusiera pausa al proyecto de ley de cupo que cambiaría los carteles de los festivales en México. Pero entre los grandes vacíos se buscaron y encontraron nuevas formas, a final de cuentas todas somos nenis.
Con las brechas económicas, políticas y sociales que aparecieron en la inmensa pausa del 2020, logramos construir una narrativa donde no somos la tendencia que perdió relevancia ante temas más importantes. Confirmamos que pertenecemos al centro, y no porque los historiadores hayan cambiado de opinión, sino por una serie de esfuerzos colectivos y expresiones personales. Sin la educación virtual no habríamos tenido acceso a los cursos, conversatorios y talleres que nos formaron en el último año.
Unos pocos ejemplos.
Natalia Piñeiro amplíficó desde España su libro 'Ellas hacen ruido' en un seminario de perspectiva de género en la historia de la electrónica. La Facultad de Música de la UNAM llevó a Facebook su Seminario Permanente de Música yGénero para rescatar la obra de los años previos a la industria discográfica. También aparecieron múltiples círculos de lectura, como el de Colectiva Tsunami, que en estos momentos analiza en sesiones de Zoom el libro 'Música, educación y género' de Lucy Green.
Desde hace décadas, las conversaciones dominantes sobre el género en la música se han movido con relativa lentitud, ser reconocidas como talentos musicales con la profundidad y amplitud de las contrapartes masculinas es todavía un desafío. Mientras las estructuras sexistas siguen intactas, las incursiones feministas le dan la vuelta, si el futuro es femenino, es porque nosotras lo estamos construyendo, no será por obra de un ente buena ondita que abre el portal mágico de la visibilización cada mes de marzo.
Preguntándole a algunas amigas confirmé que, aunque existen dudas respecto a ese futuro, la mayoría opina que no seremos mujeres sin historia nuevamente.
“Los movimientos ayudan mucho a visibilizar y exponer las desigualdades, juntarnos, hacer equipos y luchar para cambiar las cosas, pero siento que cada mujer con el simple hecho de estar trabajando para superarse y abriendo su propio camino, sin pensarlo, esta haciendo camino para las que vienen atrás”, me comentó Elis Paprika (música y creadora de Now Girls Rule!).
De la misma manera la doctora Layla Sánchez Kuri (Ciudad de las Mujeres / Barra Futurama) expresó que “estaremos presentes y seremos reconocidas en todas las actividades humanas. Nadie podrá borrarnos o invisibilizarnos porque las niñas y, en general las mujeres en el mundo, ya están conociendo a sus ancestras, y apostamos a que defenderán sus derechos y su existencia”.
A un año de iniciar esta columna en Indie Rocks! (gracias Cynthia y Silvia por las atenciones), quiero cerrar con el comentario de Steff Torres (Constelaciones en la piel / Club del Ruido) y la manera en que nuestros diferentes esfuerzos tendrán un impacto: “entre mujeres construimos un futuro mejor, porque hemos aprendido a que juntas somos una fuerza imparable”.
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