El cuarto álbum del grupo de Seattle se revela a través de las transiciones, no solo de géneros, también de estructura. El ahora trío nos invita a su confinamiento a la luz de una lámpara de lava, sus canciones son más psicodélicas, siguen abordando el surf y punk pero en menor intensidad. Shana Cleveland, Lena Simon y Alice Sandah encuentran un balance, incluso vocal, para establecer sus conexiones con la California de la década delos 60.
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