Hace 15 años Annie Clark dejó el fondo de los escenarios de Sufjan Stevens y The Polyphonic Spree, se colocó al frente de St. Vincent lanzando un álbum debut donde el jazz, pop, rock y experimentos sonoros revelaban su conexión con Kate Bush y David Bowie con mucho potencial.
Marry Me es un concepto de art rock a partir de la escucha, nos llena de riffs que después identificaríamos como un sello personal, pero al interior es mucho más complejo. Lejos de las historias heteronormadas, St. Vincent nos lleva por 11 tracks de ilusiones, decepciones y nuevos encuentros.
Mientras busca y abandona a la otra continuamente, cada canción refleja el momento de la relación. Así como cambian los afectos, cambia el sonido y esa es precisamente la magia del disco.
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