Bajo la influencia de lo que escuchaba y un ejercicio de catarsis de escritura posterior al enamoramiento/rompimiento, Amy Winehouse crea 'Black to Black' como una experiencia de ironías, claroscuros y un ácido sabor de dolor que nos sumerge en la gloria de las bandas de chicas de los 60.
Mientras su voz nos lleva a espacios cada vez más intensos, el jazz, soul y R&B explican el juego donde se pierde, se discute sobre los amigos que se acaban la marihuana y se justifica no ingresar a la rehabilitación ("They tried to make me go to rehab I won't go go go, I'd rather be at home with Ray" [Charles, ese mero]).
¿Un disco de revival puede convertirse en un clásico? A la distancia y más allá de los escándalos, algunos consideran que 'Black To Black' parece un accidente en cámara lenta, pero su segundo álbum es mucho más que eso, es Winehouse revelando todo el potencial de su voz, reuniendo sus pensamientos en canciones que hieren y levantan el ánimo al mismo tiempo, totalmente soul para que las canciones envejezcan bien pero con el toque pop que hace al material tan accesible, a pesar de la oscuridad que rodean sus palabras.
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