Nuestra historia es complicada y sigue cambiando. Las ausencias son evidentes. Si lo que no vemos, no registramos y no mencionamos no existe, es muy fácil dar por hecho que no pertenecemos, que no sucedió o no tuvo importancia histórica. Piensen en la más reciente edición de Vive Latino, todas nos enteramos que Maldita Vecindad realizó su primera aparición sin Sax y en compañía de la música María Elena Ríos, también leímos que Lido Pimienta habló sobre la poca presencia femenina en el festival, pero la mínima cobertura de los medios sobre los escenarios compartidos invisibilizó lo sucedido el 19 y 20 de marzo de 2022 e imposibilita crear una entrada en Wikipedia y justificar su interés enciclopédico o tener referencias para textos académicos en el futuro. Fue visible para la creación de momentos en redes sociales, pero invisible para la posteridad.
Se le pasó a los medios que Adelitas Fronterizas y Mujeres Vinileras fueron las primeras colectivas de selectoras mexicanas en llegar a Vive Latino. Encontraron muchos pretextos para no hablar plenamente de la gran cantidad de mujeres que ocuparon los escenarios, en su recuento del festival no hablaron de Ali Gua Gua y Mare Advertencia como invitadas de Son Rompe Pera para interpretar “Ay Ke Cumbión”; otros mencionaron de pasada que Francisca Valenzuela fue invitada de Camilo Séptimo y Los Auténticos Decadentes; uno que otro si notó que Vanessa Zamora excedió la capacidad de la carpa Intolerante (por lo tanto merece llegar a los escenarios principales), pero más que nada realizaron menciones con herramientas fugaces que no podemos utilizar como referencias.
Unos cuantos replicaron en redes, pero no en sus notas, que Elis Paprika tuvo momento Now Girls Rule en compañia de Ana Cristina Romano, Arroba Nat, Dafne Caballero, Greta Ela, Jessy Bulbo, María Barracuda y Vondré. Posiblemente si le dieron seguimiento al debut de Bruses en VL22, pero olvidaron la aparición de Bratty, Arroba Nat y Greta Ela para cantar “Wannabe” de Spice Girls. También se les pasó el Momento Indio "El Rock no ha muerto, somos las mujeres" de Ruido Rosa, que resonó con la colaboración de Ana Rizo, Bratty, Elis Paprika, Esa Mi Pau, Francisca Valenzuela, Kenny Avilés, Las Decapitadas, Neptuna y Pahua, nos enteramos por el reposteo de quienes participaron, no por los medios.
Por eso cuando el Encuentro de Mujeres en la Industria Musical propuso para el 2022 el lema “Comunidades en Equidad” le vimos tanto sentido a lo que analizamos. Notamos el impacto de lo que se habló en la primera edición del EIMIM en el 2019, las acciones colectivas que se realizaron durante el confinamiento 20/21 y lo que construimos en este momento al enlazar esfuerzos individuales y colectivos. Mencionar Vive Latino es por cuestiones de exposición, pero cada vez más espacios se comparten con el resto de la escena con el objetivo de amplificar a la red que se está creando, pero que no se está enlazando con quienes jerarquizan la información.
En entrevista con Sonia Avilés, de la Agencia Cultural El Colibrí, nos comentó que el proceso para realizar nuevamente el EIMIM “fue no perder un espacio que ya se había construido en el 2019, quienes estuvieron lo vieron como algo bastante pertinente porque particularmente en la Ciudad de México ya tenía un rato que no sucedían este tipo de encuentros. Todo se había concentrado un poco en dinámicas de mercados musicales, no había este tipo de acciones enfocados a mujeres... Desde ahí el replanteamiento de una segunda edición, trabajar en procesos de equidad, porque uno de los objetivos es establecer la comunicación hombres y mujeres y la relación que tenemos en distintos aspectos y cómo y qué acciones realizar. Llegar a ese proceso de equidad es largo. No es un proceso que se construye en uno o en dos encuentros”.
Los tres días del encuentro en el Centro Cultural de España en México se replantearon a partir de la integración, crear acuerdos en torno a la circunstancias actuales. “Originalmente esto fue construido sobre todo para propiciar un espacio de conexión con las mujeres en la industria”, según me explicó la gestora cultural, en la primera edición se logró hablar a partir de la experiencia de ser mujeres en la industria musical, muchas circunstancias sirvieron en el 2019 como un desahogo, “creo que en ese sentido se cumplió con ese objetivo de encontrarse”, pero en el 2022 se corría el riesgo de partir de la queja de lo que fue el confinamiento, buscaron crear espacios donde pudiéramos hablar desde lo profesional sobre la toma de los escenarios y los servicios de streaming y la importancia de la salud física y mental.
También fue necesario hablar de las redes creadas en la crisis y las acciones dentro de la industria musical que se crea fuera de la estructura, como ocurrió en la conversación del #MapaDeMúsicasMexicanas, donde a partir de la visibilización y la discriminación abordamos el registro de nuestra escena, la creación de protocolos para garantizar nuestro derecho a la noche, la toma de las calles para crear conciencia a través de la música y el cuidado de nuestro territorio como mujeres en el espacio público.
Después de tres jornadas de conferencias y showcases, las reflexiones nos llevaron a entender “el capitalismo en nuestros cuerpos”, como dijo la psicóloga Grecia Morales, pero también a abordar de forma profunda la evolución de diversas escenas y empezar a construir a partir de todas estas circunstancias.
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