Descubrir las muchas voces de la música contemporánea y asignarles espacio es un paso importante para cerrar las brechas discursivas en las prácticas emergentes que involucran a las mujeres.
Necesitamos abandonar la superficialidad de la apariencia, para exponer el aliento de la autenticidad, las prácticas estéticas y lenguajes musicales, sin la coexistencia de agendas jerárquicas y enfatizar la importancia de las identidades individuales y colectivas y las voces de mujeres innovadoras y creativas que trabajan con música y sonido.
Durante años los tópicos sobre lo femenino han coartado la libertad creativa, también han servido de pretexto para hablar de una supuesta ausencia de autenticidad, la que parte de la tradición y el respeto por sus predecesoras. Es una idea conservadora, sobre todo cuando se cree que no existen suficientes referentes femeninos.
Cuando le comento esta idea a Cecilia Toussaint, la cantante se ríe y expresa “que chistoso”, por supuesto que es de risa el asunto, estoy entrevistando a una creadora que durante 40 años ha crecido a partir de sus influencias, referencias y ha establecido su propio estilo que, a su vez, ya es una referencia y el piso desde el que se impulsan muchas cantantes.
Desde mi perspectiva, como periodista musical, las mujeres parten en inferioridad, encuentran más impedimentos para ser tomadas en serio y, por tanto, difícilmente llegan a convertirse en referentes para otras mujeres, lo que alimenta el círculo vicioso, pero al platicar con Cecilia Toussaint y el lanzamiento de su nuevo disco, tengo claro que además de hablar del sur de su corazón, al mismo tiempo hablamos de los otros puntos cardinales, “el todo de mi corazón, es todo lo que me apasiona de la música”. Bajo sus pies hay un piso muy ancho que no tiene que justificar, su discografía habla por sí misma.
El corazón de Cecilia Toussaint es un espacio de amores y compartimientos no completamente separados, ya tuvo uno dedicado a Consuelo Velázquez, a quien le rindió un homenaje a través de una trilogía que está por terminar. Hizo otro para Jaime López y en el 2021 presenta uno más dedicado a los músicos argentinos que también la han formado: “Soy parte de una generación que vivió ese empuje, son canciones que me son cercanas personalmente”.
Desde niña su oído se ha alimentado de referencias, primero las de sus hermanos, “soy la más chica, tuve el privilegio de recibir lo que Eugenio, Fernando y Enrique escuchaban, una riqueza musical que también venía desde mis padres y mis abuelos, imagínate”, después sus exploraciones personales al comprar su primer disco y en la actualidad una mezcla de necesidades creativas que van más allá de las eras.
Ese acercamiento de amores sonoros generacionales son el punto de partida para retomar a Pedro Aznar, María Ezquiaga, Charly García, David Lebón, Fito Páez y Luis Alberto Spinetta a través de 'El sur de mi corazón', un proyecto que “craneó” durante bastante tiempo de forma individual “como un sueño que fue creciendo como deseo”, después a través de mensajes de Whastapp con el productor Tweety González para reflejar el “soundtrack personal” y lograr recursos para grabarlo, finalmente como un proyecto de apropiación del lenguaje.
De alguna forma 'El lado sur de mi corazón' es un homenaje, pero no un álbum de covers, “casi no escuché las canciones originales”, explicó Cecilia Toussaint, es el producto de como se filtraron las palabras a través de la cantante, se acomodó en las letras e imprimió su propio estilo, armonías, tonos y matices. La reconocemos al instante, pero al mismo tiempo nos conectamos con ese soundtrack que compartimos, con una nueva perspectiva de Cecilia Toussaint como creadora, cantante y una persona que escucha música para nuevamente crear y cantar.
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