En un juego polifónico que probablemente te recordará a Dirty Projectors y el disco 'Medúlla' de Björk, los experimentos a vocales se liberan en una secuencia que por 10 minutos te llevan al origen de la música electrónica, (la que contempla a las mujeres, por supuesto), aunque con una propuesta muy orgánica, no hay grandes efectos, no hay filtros, no hay paneos, simplemente voces llevándonos a un nuevo espacio.
Algunas de las piezas que ha creado para proyectos audiovisuales y apps, tienen esa particularidad de tener aspectos muy humanos, sin embargo éstas dos voces crean una dinámica increíblemente robótica, pero es un álbum que también responde a las diferentes percepciones, posiblemente ustedes escuchen algo completamente distinto.
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