Con ecos de psicodélia y letras multilingües, el grupo de Brooklyn expande su identidad cultural a través de su segundo álbum. Con una palabra en persa en su nombre y los sonidos experimentales de las décadas de los 60 y 70 adquiridos en VHS, encontramos garage, pop y surf, además de la aparición ocasional de la guitarra de 12 cuerdas, la flauta de ney, el sitar y un vibráfono que nos llevan a sus raíces en Irán, mientras que las letras refleja la importancia de la amistad en tiempos difíciles.
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