Just Tell Me That You Want Me: A Tribute To Fleetwood Mac

La cuestión con los tributos siempre tiene más de un filo, desde revivir a un acto agonizante o extinto, pretender experimentar sin aportar nada nuevo o simplemente formar una zona de recreo para diferentes actos. Sin duda los álbumes tributo no gozan de gran respeto y a veces hacen que lo perdamos por muchos grupos. A final de cuentas, el álbum tributo se trata de curaduría, el balance entre actos de renombre, propuestas de desconocidos y la afinidad de estos con el grupo objeto del homenaje. Un pequeño quiebre en esos elementos y puede sonar de todo, menos atractivo.

Aparentemente, el supervisor musical Randall Poster y la productora Gelya Robb entienden bien lo que se necesita para un tributo, el año pasado nos sorprendieron con Rave On Buddy Holly, compilación que entusiasmó a Paul McCartney, The Black Keys, Fiona Apple, Patti Smith y Lou Reed, por consecuencia a los que la escuchamos. En el 2012 nuevamente buscan esa cohesión y posibilidades de revivir éxitos con Just Tell Me That You Want Me: A Tribute to Fleetwood Mac, que tiene todos los elementos para ser un hit, uno muy extraño por cierto.

La discografía de Fleetwood Mac da para escarbar en el catálogo de lo común, el éxito y las rarezas, las impresiones sonoras de 45 años de trayectoria permiten la reintepretación y la reinvención, pero sobre todo la reverencia. Los 17 covers incluidos en el material llegan a una posible división, como dos discos en uno, entre el pop poco iluminado y lo bailable en forma experimental encabezado por Washed Out (Straight Back) y MGMT (Future Games), algo que parece apuntar al legado de Tusk, ese momento en que Fleetwood Mac demostró ser muchas bandas en una sola.

Posiblemente Tusk es el álbum que pone la medida, pero Just Tell Me That You Want Me es sobre muchos actos tomando riesgos, no hay mejor tributo que ese que brindan Lee Ranaldo con J Mascis, New Pornographers, Lykke Li, The Kills, St. Vincent, Best Coast, Antony Hegarty, Karen Elson, Billy Gibbons, Marianne Faithful y The Crystal Ark. A la primera vuelta sabes que no estás escuchando el tributo promedio, ese que aprovecha un instante sin aportar nada, es del tipo que te vuelca a la fuente original (para descubrir que nada se parece) y te lleva hacia los creadores de esos sonidos que arriesgan sin dudarlo aún dentro de sus propios parámetros sonoros.

Sobre todo, Just Tell Me That You Want Me es el tipo de material que exige escuchar, no se desenvuelve bien como acompañante sonoro del multitasking, te obliga a ejercer el viejo hábito de poner play y simplemente contemplar la música con los ojos cerrados, y esto se debe a que es un disco difícil, nada amable para los no iniciados en Fleetwood Mac, pero más accesible para los que ya conocen a los grupos que aceptaron el reto de éste tributo.